El Mensaje Oculto de los Antojos





LONDRES, Inglaterra, ago. 2, 2011.- Cuando la británica Elsie Campbell comenzó a tener antojos irresistibles de lechuga, le pareció algo gracioso.

Pero pronto se hizo una obsesión y podía comer hasta cuatro lechugas completas en un solo día.
Aún así parecía ser un comportamiento totalmente inofensivo.

SELENIO Y SULFORAFANO

Pero su esposo Jim, un científico, comenzó a sospechar que había algo serio detrás de todo este antojo.

El marido investigó y encontró que la humilde lechuga, que puede contener hasta un 90-95 por ciento de agua, tiene también unos nutrientes que le faltan a aquellos que sufren de cáncer de pecho.

Dichos químicos son el selenio y el sulforafano, que también se encuentran en el huevo, el brócoli, la espinaca o la cebolla.

Tras visitar a su médico, Elsie de 59 años y madre de 3 hijos, fue diagnosticada con cáncer de pecho y gracias a que fue un diagnóstico temprano, hoy día está totalmente recuperada.

"Un día me levanté y tuve antojo de lechuga", dice Elsie. "De pronto comía lechugas enteras y cuando no las estaba comiendo, el antojo era increíble".

"Pero cuando Jim comenzó a investigar y encontró estos nutrientes, eso quería decir que mi cuerpo estaba tratando de luchar contra el cáncer y necesitaba de estos químicos naturales. Era como si mi organismo estuviera tratando de curarse a sí mismo", añade Elsie.

PAGINA WEB

Ahora Jim Campbell ha creado una página de internet llamada quetionmyhealth.com, en donde trata de ayudar a la gente a hacer una concepción entre una deficiencia de ciertos nutrientes y enfermedades más serias.

La idea es que muchas veces nuestro cuerpo puede estar tratando de comunicarnos algo y debemos aprender a escucharlo.

Manchas blancas en las uñas o antojos específicos, pueden ser deficiencias de ciertos minerales o vitaminas, pero "podría tener un significado más profundo", insiste Jim Campbell.

"Tuve mucha suerte de que mi esposo hiciera la conexión entre mi antojo de lechuga y el cáncer. Salvó mi vida", finalizó Elsie.