Comer fuera de horario favorece la obesidad

Un estudio realizado por la Universidad de Northwestern, de Illinois, Estados Unidos, reveló que comer fuera de horario facilita la obesidad. Además, aquellas personas que ignoran el “reloj biológico” tienden a ser más propensas al sobrepeso.




Según los profesionales, los alimentos que ingerimos después de la cena son aquellos que más nos llevan a ganar peso. Esto representa un problema para todos aquellos que comen durante la noche, ya sea por razones laborales o simple costumbre. Eso se debe a que, a esas horas, el reloj biológico no “nos pide” alimentarnos, sino dormir.

En otras palabras, basta con modificar los horarios de las comidas, para que el peso corporal se vea afectado. Entonces, es importante estar al tanto de lo que el cuerpo nos indica, y no sobrepasarnos ingiriendo más de lo debido luego de cenar. Asimismo, cabe destacar que racionar las comidas en cuatro o cinco porciones diarias, puede contribuir a mantenernos con un peso equilibrado.

Sin embargo, la desincronización que se produce entre el acto de comer y los horarios marcados por el ritmo cardíaco, no es el único factor que desencadena la obesidad. Una persona que tiene una vida sedentaria, duerme poco, saltea las comidas principales y además no respeta los tiempos de su reloj biológico, va a ser mucho más vulnerable a la obesidad.

Para evitar este flagelo, es importante comer saludablemente, realizar ejercicios a diario, descansar lo necesario, y por supuesto, comer en los horarios precisos –el horario irregular es enemigo de la salud-.

Según los especialistas, las comidas más importantes del día son el desayuno y el almuerzo, ya que es con ellas que nuestro cuerpo adquiere la energía necesaria para sobrellevar las obligaciones de la jornada. La cena, en cambio, debería ser la ingesta menos intensa.

Por eso, es primordial organizar los ritmos diarios en los que comemos para asegurarnos un mejor resultado. Y no lo olvidemos: los alimentos que ingerimos a las últimas horas del día, son los más propensos a transformarse en grasa corporal.